PARÍS.- AP
Marchando junto a miles de otros manifestantes en París, la enfermera del hospital Aya Touré expresó el sentimiento de muchas personas que salieron a las calles de toda Francia para protestar contra el gobierno del presidente Emmanuel Macron. "Hartos. Realmente, realmente hartos", comentó. "Esas personas que nos gobiernan no tienen idea de los problemas de la vida real. Estamos pagando el precio".
Las huelgas que paralizaron el metro de París y perturbaron otros servicios, junto con manifestaciones en todo el país que terminaron en enfrentamientos esporádicos con la policía que disparó ráfagas de gas lacrimógeno, fueron la voz de quejas generalizadas. Muchas personas creen que ocho años de liderazgo del presidente proempresarial han beneficiado a pocos y perjudicado a muchos.
La jornada de agitación tenía como objetivo aumentar la presión sobre el nuevo primer ministro Sébastien Lecornu y Macron, quienes están inmersos en una batalla cada vez más intensa tanto en el Parlamento como en las calles acerca de cómo tapar los agujeros en las finanzas públicas. Los opositores luchan contra propuestas para recortar el gasto en servicios públicos que sustentan el estilo de vida francés. “No sé cómo es posible considerar hacer ahorros”, expresó Clara Simon, una estudiante de historia que marchó entre la multitud, portando un cartel que decía: “Universidad en peligro”.
“Ya no hay dinero para jabones en los baños, no hay dinero para arreglar un asiento cuando está roto”, agregó Simon. “Estoy enojada porque la situación económica y social en Francia se deteriora cada año”.