La reciente cancelación del programa nocturno de Jimmy Kimmel ha generado una ola de apoyo no solo entre sus compañeros de la industria del entretenimiento, sino también entre políticos y sindicatos influentes. Esta decisión fue desencadenada por un comentario que Kimmel hizo respecto al asesinato del activista ultraconservador Charlie Kirk.
Figuras prominentes de Hollywood como Jean Smart, destacada por su trabajo en 'Hacks', expresaron su horror a través de redes sociales, cuestionando el sentido de la libertad de expresión en un país que parece inhibirla cuando no se alinea con ciertos ideales políticos. Smart enfatizó que las palabras de Kimmel debían ser consideradas como una defensa de la libertad de expresión y no como un discurso de odio.
Actores como Ben Stiller también se manifestaron, subrayando su desacuerdo con la decisión de la cadena ABC, mientras que Alison Brie la calificó de surrealista y aterradora. Esta situación no solo ha sacudido la esfera del entretenimiento, sino que ha reavivado el debate sobre la libertad de expresión en los medios.
El sindicato SAG-AFTRA, que representa a actores y otros profesionales de la industria cinematográfica, subrayó la importancia de la libertad de expresión, condenando la decisión de suspender el programa como una forma de represión. Varias organizaciones han dejado claro que ataques a la libertad de expresión perjudican las bases democráticas del país.
Compañeros de Kimmel como Mike Birbiglia han instado a otros humoristas a defender la libertad de expresión y no ignorar lo que consideran censura. Kimmel mismo sugirió que la intención detrás de la respuesta pública al asesinato de Charlie Kirk estaba política y fue interpretada como un intento de desviar la atención de las implicaciones de su ideología.
La controversia también ha llegado a políticos como el gobernador de California, Gavin Newsom, quien alegó que la cancelación de programas que abordan temas de interés público corresponde a un patrón de control mediático en el país. Por su parte, Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado de Estados Unidos, planteó que la situación de Kimmel representa un desafío directo a la libertad de expresión en la nación.
De manera que la caída del programa de Jimmy Kimmel se ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión en un entorno político cada vez más polarizado.