Un controlador aéreo de Estados Unidos reprendió a un piloto de un avión comercial de Spirit Airlines que volaba demasiado cerca del Air Force One, la aeronave con la que el presidente Donald Trump y la primera dama, Melania, viajaban el pasado martes.
“Presta atención, deja el iPad”, le exclamó el controlador del centro de Nueva York al piloto, tal como se escucha en la grabación de la conversación difundida en el portal LiveATC. El incidente ocurrió cuando el avión comercial y el del mandatario volaron en paralelo a la altura de Long Island, en Nueva York. El Airbus A321 de Spirit estaba en ruta entre un aeropuerto de Fort Lauderdale, al norte de Miami, y la terminal internacional de Boston.
“Spirit 1300, gire 20 grados a la derecha”, dijo el controlador en un primer intento. “Presta atención, Spirit 1300, gire 20 grados a la derecha. Spirit 1300, gira 20 grados a la derecha, ahora. Spirit 1300, gira 20 grados a la derecha, inmediatamente”. Tras insistir un par de veces, el técnico decidió recordarle al piloto quién estaba en el aire.
“Spirit 1300, hay tráfico a ocho millas (casi 13 kilómetros) de su ala izquierda. Un 747. Seguro que puede ver quién es”, mencionó el controlador.
“Fíjate en él. Es blanco y azul”, añadió, haciendo referencia al característico diseño del Air Force One.
Las respuestas del piloto de Spirit no fueron audibles en la grabación. Sin embargo, es importante destacar que el avión presidencial es fácilmente identificable por su color blanco y la parte inferior en azul claro, además de las inscripciones que lo identifican como Estados Unidos de América y su bandera en la cola.
Los registros de FlightRadar indican que ambos aparatos estuvieron a ocho millas (13 kilómetros) de distancia. La Administración Federal de Aviación (FAA) aseguró que los aviones nunca estuvieron a una distancia insegura, indicando estar “al tanto de las publicaciones en redes sociales sobre el Air Force One y un vuelo de Spirit Airlines en el espacio aéreo de Boston”.
“La separación requerida se mantuvo entre las aeronaves”, declaró la FAA a medios locales. Por su parte, Spirit Airlines defendió que la seguridad es su “prioridad número uno” y que su vuelo “siguió las instrucciones” de los controladores aéreos.
