El presidente Donald Trump ha demostrado su interés en utilizar su relación con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, como una herramienta clave para poner fin a la guerra en Ucrania. Los esfuerzos se centran en que el reino saudí pueda actuar como mediador en las negociaciones de paz, lo que podría consolidar aún más los lazos entre Trump y Biden, el nuevo presidente de Estados Unidos.
Los funcionarios han indicado que la intención es que Arabia Saudita no solo sirva como sede para futuras conversaciones, sino que también juegue un papel activo en la facilitación de un acuerdo. Esta nueva dinámica podría elevar a Arabia Saudita como un actor internacional importante en el escenario global.
Trump, que busca una resolución rápida del conflicto, ve en Riad su mejor aliado. Esto se evidencia en las conversaciones preliminares que se llevarán a cabo entre representantes del gobierno de Trump y funcionarios rusos. Dependiendo del resultado, podrían surgir planes para una reunión entre Trump y el presidente ruso Vladimir Putin en Arabia Saudita en el transcurso del próximo mes.
Además, la neutralidad mantenida por el reino saudí en el conflicto ucraniano podría facilitar un ambiente propicio para las discusiones, a diferencia de una cumbre en Europa, donde las perspectivas a menudo son vistas como sesgadas a favor de Ucrania.
El príncipe Mohammed bin Salman ha cultivado una relación cercana con Trump desde su tiempo en la presidencia anterior. Esta relación se hizo evidente cuando el príncipe fue el primer jefe de estado en comunicarse con Trump tras su toma de posesión.
La posibilidad de que el encuentro entre Trump y Putin se realice en Arabia Saudita también subraya cómo este país se está reposicionando en la geopolítica mundial, especialmente tras años de aislamiento tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Con la mediación de Arabia Saudita, ambos líderes buscan no solo resolver el conflicto en Ucrania, sino también fortalecer sus propias posiciones en un escenario internacional que está en constante cambio. Las reuniones entre Trump y el príncipe heredero podrían ser un paso decisivo hacia un nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos, Rusia y el Medio Oriente.