Harvey Weinstein, el conocido productor de cine, ha presentado una nueva demanda contra su hermano Bob Weinstein y otros ejecutivos de su compañía cinematográfica, alegando haber sido víctima de un engaño que resultó en una devastadora crisis financiera.
En su demanda, Weinstein afirma que en 2016 fue inducido a garantizar un préstamo de 45 millones de dólares bajo el pretexto de salvar a The Weinstein Company. Sin embargo, sostiene que los fondos fueron desviados para el uso personal de Bob y otros, dejándolo con la responsabilidad de devolver el préstamo en medio de una situación crítica para la empresa.
Desde que fue despedido en 2017 tras múltiples acusaciones de conducta sexual inapropiada, Harvey Weinstein ha estado en el centro de controversias que han marcado su carrera. Actualmente, se encuentra esperando un nuevo juicio por cargos de delitos sexuales en Nueva York, además de estar cumpliendo una condena de 23 años de prisión. Su abogado, Imran Ansari, argumenta que Weinstein fue manipulado por sus allegados y que las acciones de sus compañeros en The Weinstein Company fueron fraudulentas.
Bob Weinstein, en respuesta a las acusaciones, ha calificado la demanda de su hermano como infundada y ha solicitado al juez que desestime las solicitudes de documentación y declaraciones de la parte demandante.
La demanda sostiene que debido a estas acciones, la empresa sufrió daños significativos, estimados en al menos 12 millones de dólares que debieron ser destinados al pago del préstamo. Además, el documento menciona una serie de transacciones inapropiadas y bonificaciones excesivas aprobadas por el ex director de operaciones de la compañía, David Glasser.
La lucha legal de Harvey Weinstein no solo se centra en proteger su bienestar financiero, sino también en reparar su imagen y reputación, severamente dañadas tras la revelación de sus actos de conducta inapropiada, que activaron el movimiento #MeToo en 2017. Su futuro en esta batalla legal se vislumbra incierto, mientras continúa enfrentando los ecos de su pasado en la industria cinematográfica.
Más allá de los aspectos legales, este caso resalta una dinámica familiar compleja y los estragos que la mala administración y la codicia pueden causar en el mundo empresarial.
