El partido de extrema derecha Sanseito dio la sorpresa en las elecciones al Senado del pasado 20 de julio, imponiéndose como la cuarta fuerza de la oposición en la Cámara Alta. Un avance que revoluciona el panorama político japonés, pero cuyo impacto y perdurabilidad aún están por determinar, en un país ya de por sí muy conservador.
Hasta hace poco marginal, Sanseito ha obtenido 14 escaños en la Cámara de Consejeros, cuando antes solo tenía uno. Por primera vez, una formación populista de extrema derecha, creada hace apenas cinco años, alcanza tal nivel de influencia en el Parlamento. Detrás de este éxito electoral, hay un hombre que encarna la ruptura: Sohei Kamiya, ex miembro del partido en el poder (el Partido Liberal Democrático, PLD), que se ha hecho famoso en las redes sociales en plena pandemia de Covid-19.
El partido ha sabido imponer el tema de la inmigración en el debate público, con un tono radical, y su mensaje se ha vuelto atractivo para una parte de la población preocupada por el declive económico y demográfico del archipiélago.
Desde hace unos quince años, Japón ha sido testigo de profundos cambios demográficos, con un aumento notable de la presencia de extranjeros en un país que históricamente ha sido homogéneo. Sanseito ha construido su discurso en esta nueva visibilidad sobre la inmigración y el turismo, generando un mensaje fácil de entender que alimenta la ansiedad de la población.
Sin embargo, a pesar de su éxito, aún no está claro si la ola del Sanseito perdurará en el tiempo, dado el dominio histórico del PLD en la política japonesa. La influencia del partido podría dar lugar a un endurecimiento del discurso sobre la inmigración y la seguridad por parte de partidos tradicionales, ya que buscan adaptarse a un electorado enojado.
En definitiva, Sanseito no solo ha logrado estructurarse como una entidad política relevante, sino que ha generado un debate acerca de la dirección futura de Japón. Su capacidad de movilizar a una juventud descontenta utilizando las redes sociales marca un nuevo capítulo en la política japonesa, cuya evolución será interesante de seguir en los próximos años.