El presidente de EE.UU., Donald Trump, aprovechó su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas para hacer duras criticas a la organización, con comentarios que abarcaron varios temas, incluyendo acusaciones sobre su ineficacia y decisiones administrativas.
Durante su intervención, Trump se dirigió directamente al secretario general de la ONU, António Guterres, y a los representantes de los 193 Estados miembros presentes en la sesión de apertura de la 80 Asamblea General. Entre sus críticas más relevantes, mencionó que la ONU no ha resuelto conflictos importantes y que ha fallado en su papel como mediador en diversas situaciones globales.
Trump se jactó de haber resuelto siete conflictos durante su mandato, insinuando que hubiera sido mejor si la ONU hubiera intervenido adecuadamente. Lamentó que la organización se limitara a emitir declaraciones sin acciones efectivas.
En otro punto, Trump se quejó de que su propuesta para renovar el edificio de la ONU, que incluía un presupuesto de 500 millones de dólares, no fue aceptada. Esto, según él, llevó a decisiones costosas y de calidad inferior.
Además, el presidente estadounidense cuestionó los esfuerzos de la ONU en lo que respecta a la inmigración, alegando que la organización está financiando la llegada de inmigrantes a países occidentales, observando un gasto de 372 millones de dólares destinado a ayudar a un gran número de migrantes en su camino a EE.UU.
Finalmente, Trump también abordó el tema del cambio climático, calificando las advertencias de la ONU como erróneas y refiriéndose a la crisis como una "estafa climática". A pesar de las críticas, al final de su discurso reafirmó su apoyo a la organización con el comentario de que está a favor de la ONU “al 100 %”.
Las declaraciones de Trump han reavivado el debate sobre la relevancia y efectividad de la ONU en el escenario global.
