Donald Trump anunció que designará al movimiento Antifa en Estados Unidos como una organización terrorista. El presidente estadounidense hizo el anuncio en su plataforma Truth Social, describiendo a Antifa como un "desastre enfermo y peligroso de la izquierda radical". Además, afirmó que "recomendará enfáticamente" que se investigue a quienes financian al movimiento.
Antifa, que es la abreviatura de "antifascistas", es un término general que se usa para describir a grupos activistas de extrema izquierda y no constituye una entidad única. Generalmente se concibe como un movimiento poco definido, sin líderes, formado por manifestantes y activistas.
El anuncio de Trump se produce tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk el pasado 10 de septiembre. Aunque no se ha presentado evidencia que vincule a la sospechoso, Tyler Robinson, con algún grupo, Trump y altos funcionarios de su gobierno han responsabilizado repetidamente a grupos de izquierda por crear un clima de hostilidad hacia los conservadores antes del asesinato de Kirk.
Críticos afirman que Trump está utilizando el asesinato de Kirk como pretexto para reprimir a sus opositores políticos. Además, algunos académicos y expertos sostienen que designar a un grupo o movimiento doméstico como organización terrorista carece de fundamento legal y violaría la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que protege la libertad de expresión. También cuestionan cómo podrá el presidente perseguir a un grupo sin líderes ni una estructura formal definidas.
¿A qué se oponen?
Antifa se opone al neonazismo, el neofascismo, el supremacismo blanco y el racismo, así como a la extrema derecha y lo que consideran un autoritarismo creciente en el gobierno de Donald Trump. El objetivo de Antifa es impedir que estos grupos tengan una plataforma para promover sus ideas, argumentando que la manifestación pública de tales ideologías conlleva ataques contra personas marginadas, incluyendo minorías raciales, mujeres y miembros de la comunidad LGBTQ+.
El argumento se basa en que el antifascismo militante es inherentemente autodefensa debido a la violencia documentada que históricamente han ejercido los fascistas, especialmente contra personas marginadas. A diferencia de los movimientos o partidos de izquierda convencionales, Antifa no busca acceder al poder, ganar elecciones o influir en la legislación.
Antifa ha sido objeto de ataques frecuentes por parte de figuras políticas y mediáticas de derecha, quienes lo ven como un componente clave de una red de izquierda que busca socavar la libertad de expresión y el proyecto estadounidense en general.
¿Cómo se originaron?
Algunos grupos Antifa señalan sus orígenes en las luchas contra los fascistas europeos en las décadas de 1920 y 1930. El término proviene del alemán "antifaschistisch", que describe un grupo antifascista alemán de esa época. Según Mark Bray, autor de "Antifa: el manual antifascista", el Antifa estadounidense moderno comenzó en la década de 1980 con un grupo llamado Acción Antirracista, que se enfrentaba a skinheads neonazis en conciertos punk en diversas localidades.
Sin embargo, el movimiento vivió un declive casi total a principios de la década de 2000 en Estados Unidos, resurgiendo con fuerza tras la elección de Donald Trump en 2016. Desde entonces, activistas de Antifa han estado en confrontación frecuente con manifestantes de extrema derecha y la policía en eventos como las manifestaciones de Charlottesville en 2017 y las protestas por el asesinato de George Floyd en 2020.