Londres, Reino Unido – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibido con honores en el Castillo de Windsor el miércoles, pero fuera de este lugar, se desató un aire de descontento durante su segunda visita de Estado. Miles de personas salieron a las calles de Londres para protestar, llevando pancartas con mensajes como “No al racismo, no a Trump”.
Organizada por la coalición Stop Trump U.K., la manifestación reunió a diversos grupos, y aunque la afluencia fue menor que en su primera visita en 2019, la tensión era palpable. Entre los manifestantes, algunos portaban pequeñas versiones del famoso globo de Trump bebé, que había capturado la atención en el pasado. La mayoría de los asistentes mostraba claramente su rechazo hacia el presidente estadounidense, vitoreando lemas en contra de su política.
Por su parte, la Policía Metropolitana desplegó un contingente de 1,600 oficiales para manejar la situación y prevenir conflictos, ya que se esperaba la presencia de alrededor de 50 grupos diferentes, incluyendo activistas climáticos y antirracistas.
Mientras tanto, dentro del Castillo de Windsor, Trump y la primera dama Melania fueron recibidos por el rey Carlos III, quien les ofreció un lujoso banquete. Sin embargo, la llegada de Trump no estuvo exenta de controversia, y varios manifestantes gritaron que “Donald Trump no es bienvenido aquí”.
El descontento se intensificó con la proyección de una imagen de Trump junto a Jeffrey Epstein en el castillo, lo que llevó a la policía a arrestar a cuatro personas antes de la visita. La manifestante Grace Nathew expresó su indignación: "No creo que sea correcto que tengamos a Trump para una segunda visita de Estado debido a su horrible retórica, políticas y acciones hacia las mujeres y las personas de color".
Así, la visita de Trump a Londres estuvo marcada no solo por la ceremonia protocolar, sino también por un fuerte sentimiento de oposición que resonó en las calles de la capital británica.