El actor y director estadounidense Robert Redford, figura clave tanto delante como detrás de la cámara, falleció la madrugada del 16 de septiembre de 2025 en su casa de Utah. Con su deceso se cierra una de las últimas páginas doradas de Hollywood, un cineasta cuya carrera abarcó seis décadas y que supo hacer del cine algo más que simple espectáculo: un acto de conciencia y una búsqueda de verdad.
A los 89 años, Redford dejó este mundo rodeado de montañas y silencio, un reflejo de su estilo de vida y de su arte. Pocas figuras logran equilibrar fama y una sustancia profunda como lo hizo él. Desde su aparición en televisión y teatro en los años 60 hasta su periodo como director y mentor, su carrera se caracterizó por ser la de un hombre inquieto, capaz de transitar por géneros que iban desde el western hasta el thriller político.
Su rostro memorable quedó grabado en la memoria colectiva en filmes como "Butch Cassidy and the Sundance Kid", donde compartía pantalla con Paul Newman, y "The Sting", que reafirmó su talento para encarnar personajes carismáticos. No obstante, su mayor éxito podría haber sido "All the President’s Men", donde interpretó a Bob Woodward, un periodista del Washington Post que destapó el escándalo de Watergate. En esta película, Redford representó el ideal de un periodismo comprometido con la verdad en un momento crítico de la historia estadounidense.
Además de sus logros como actor, Redford era un director y creador. Su debut como director con "Ordinary People" en 1980, le valió un Oscar y confirmó su capacidad narrativa. Su legado se extiende hacia el Sundance Institute y el Festival de Sundance, plataformas que impulsaron a muchos cineastas independientes, ofreciendo voz a quienes no la tenían.
Robert Redford se retira del cine dejando un legado imborrable, una obra que tuvo que ver más con la historia, la sensibilidad y el arte, que con las cifras de taquilla y el estrellato. Su vida y carrera son testimonio de que el cine puede ser un espacio de reflexión y resistencia, una brújula en tiempos de desorientación. Hoy su legado resuena más que nunca, recordándonos la importancia de contar historias que importan, de abrir caminos y de cuestionar siempre.