El ejército israelí lanzó este martes una gran ofensiva terrestre en Ciudad de Gaza, tras el respaldo del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, quien se encuentra de visita en la región para erradicar a Hamás.
Una comisión de investigación de la ONU ha acusado a Israel de llevar a cabo un "genocidio" en el territorio palestino, señalando al primer ministro Benjamin Netanyahu y otros líderes israelíes como responsables. La ofensiva ha generado amplias condenas a nivel internacional, donde el jefe de derechos humanos de la ONU ha exigido el fin de lo que califica como "carnicería".
Esta intensificación de ataques en Ciudad de Gaza, que se presenta como uno de los bastiones del movimiento islamista Hamás, ha llevado a un escenario humanitario devastador. Testigos de la zona han informado sobre un bombardeo intenso, mientras cientos de miles de personas permanecen atrapadas en medio de los hostigamientos.
Según declaraciones de responsables militares israelíes, entre 2,000 y 3,000 terroristas de Hamás se encontrarían en la localidad, lo que ha llevado al ejército a avanzar en la ofensiva. Sin embargo, la situación ya es crítica para la población civil, que sufre las consecuencias de las explosiones y de la destrucción de edificios residenciales.
La situación ha provocado que decenas de personas queden atrapadas bajo los escombros, y las cifras de muertos siguen en aumento. Las cifras oficiales apuntan a más de 64,900 fallecidos en Gaza desde el inicio de la guerra, en su mayoría civiles.
Estados Unidos ha reafirmado su "apoyo inquebrantable" a Israel, mientras delegaciones árabes piden una reconsideración de las relaciones diplomáticas y económicas con el país israelí.
Manuel Rubio, el secretario de Estado estadounidense, reiteró que se está en un momento grave para plantear acuerdos de alto el fuego, con un llamado a una solución diplomática que desmilitarice a Hamás. Sin embargo, el contexto actual plantea grandes retos para alcanzar la paz en la región.