Recientemente, Newark, Nueva Jersey, ha sido escenario de sucesos trágicos que han vuelto a poner en el centro del debate social la violencia que enfrentan los cuerpos policiales. En los últimos 73 días, dos policías dominicanos han perdido la vida en circunstancias violentas, lo que ha encendido la preocupación tanto en la comunidad dominicana como en las autoridades locales.
Según el Archivo de Violencia Armada (GVA), que documenta incidentes de violencia en Estados Unidos, este año ya han fallecido 13 agentes y 65 han resultado heridos, algunos en condiciones críticas. La situación es alarmante y exige atención inmediata.
El pasado viernes, el oficial Joseph Azcona, de 26 años, fue asesinado durante una operación de captura. Un joven de 14 años, que se encontraba en el lugar, disparó, hiriendo no solo a Azcona, sino también a un compañero de trabajo que lo acompañaba. La rapidez de los eventos fue impactante; Azcona no tuvo tiempo ni de salir de su vehículo antes de ser alcanzado por los disparos.
Las palabras de Emanuel Miranda, director de Seguridad Pública de Newark, reflejan la gravedad de la situación: "Ni siquiera tuvo la oportunidad de salir del vehículo antes de ser alcanzado por varios disparos". En contraste, el menor detenido enfrenta múltiples cargos, incluyendo homicidio e intento de homicidio, pero su estado de salud es estable.
El segundo agente fallecido, Jairo Rodríguez, de 53 años, murió tras ser atropellado por otro oficial que estaba fuera de servicio. El incidente ocurrió mientras Rodríguez estaba dirigiendo el tráfico tras un evento en el Prudential Center en diciembre de 2024. Las autoridades reiteraron que existe una política de cero tolerancia hacia conductores que manejan bajo la influencia del alcohol, haciendo hincapié en la importancia de la seguridad vial.
Estos hechos han vuelto a resaltar la situación de riesgo que enfrentan los policías, en especial aquellos de comunidades inmigrantes que, a menudo, se sienten en situaciones vulnerables tanto en su labor como en su vida personal. La comunidad dominicana en Newark ha expresado su dolor y solidaridad hacia las familias de los caídos, exigiendo justicia y medidas efectivas para combatir la violencia y proteger a quienes sirven y protegen.
El llamado a tomar acción es urgente y necesario; la muerte de estos oficiales no solo afecta a sus familias, sino que también tiene un impacto profundo en la comunidad a la que servían.
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