En un país donde los hombres han dominado históricamente los espacios de poder, y donde las estadísticas indican que son los principales responsables de los delitos violentos, dos mujeres han tomado las riendas de la lucha contra el crimen. Yeni Berenice Reynoso, procuradora general de la República, y Faride Raful, ministra de Interior y Policía, encabezan una estrategia de seguridad y justicia que marca un hito en la historia política de la República Dominicana.
Reynoso se encarga de perseguir desde la esfera judicial a aquellos que delinquen. Su labor incluye investigar y articular expedientes judiciales, mientras que Raful dirige la política gubernamental de seguridad ciudadana, un área en la que el crimen se erige como el principal escollo.
Este liderazgo femenino en la política dominicana es significativo, puesto que solo hay dos ministras en el gobierno (Ministerio de la Mujer y Ministerio de Interior y Policía) y las fuerzas de seguridad y la judicatura siguen siendo en su mayoría, dominadas por hombres. Sin embargo, la presencia de estas mujeres al frente de políticas de gran impacto social resalta un avance en términos de representación de género.
En cuanto a la Procuraduría, estadísticas indican que más del 90% de los delitos violentos como homicidios y robos son cometidos por hombres. Sin embargo, bajo la dirección de Yeni Berenice Reynoso, la lucha contra el crimen organizado y la corrupción ha tomado un rumbo firme. Reynoso ha liderado operaciones que han desarticulado redes vinculadas al narcotráfico y corrupción estatal, sustentando su creencia de que "la impunidad es la base de la criminalidad".
Faride Raful, por su parte, ha introducido un enfoque renovador en la gestión de la seguridad pública, buscando modernizar las estrategias policiales y fortalecer la seguridad ciudadana a través de programas de prevención. Raful hace hincapié en que la seguridad no solo se combate aumentando armamento, sino con políticas integrales que aborden las causas estructurales de la violencia.
Ambas funcionarias enfrentan críticas por sus decisiones, como es el caso de la regulación de venta de bebidas alcohólicas y el control de ruido en lugares de esparcimiento. Sin embargo, ellas continúan sus labores con la firme convicción de que el cambio es posible.
Esto evidencia que, aunque el camino aún es largo, estas mujeres están forjando una nueva narrativa en la política dominicana. La lucha que llevan a cabo no solo representa un avance en la temática de género, sino que también busca transformar las estructuras que han perpetuado la violencia y el crimen en la sociedad.
Así, con un fuerte carácter y una visión clara, Yeni Berenice Reynoso y Faride Raful demuestran que el liderazgo femenino en la política puede ser un motor de cambio en la República Dominicana.
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